dijous, 18 d’octubre del 2007

Rambo


Si, ya lo sé, este perro no tiene cara de llamarse Rambo. El caso es que nos tuvo en jaque durante meses, adaptado a la montaña... se convirtió en el azote de un pequeño pueblo, robando la comida de allí donde pudiera y llevándosela al bosque par no se interceptado. Detrás suyo fuimos nosotros, los forestales, los habitantes del pueblo y todo el que pudo, y logró siempre escaparse con una habilidad increíble de controlar el medio donde se movía. Por eso ese nombre se convirtió en un tipo difícil de atrapar en la montaña. Al final pudimos con él, pero se muestra con nosotros agradecido, y esperando un adoptante para él.
Nunca ha tenido un mal gesto, se comporta como si estuviese siempre con nosotros. Un perro muylisto, y divertido.